De repente he acabado de hacer lo que tenía que hacer. Ese estrés horroroso que me perseguía todo el tiempo y a todas horas, minutos, segundos.... Parezco un hombre, como me gusta lamentarme.
En realidad no ha sido para tanto. No me he esforzado todo lo que debiera, y los resultados han sido bastante mediocres, pero suficiente como para salir del paso. ¿Será así la vida de los genios? Esa gente que ha cambiado el curso de la historia con sus grandes trabajos, inventos o teorías ¿Tendrían también épocas en las que no se esforzaban ni para sacarse espinillas?
Supongo que sí.
Por mucho que mi madre me contradiga, la costumbre de dejar para el último día los trabajos, forma parte del ser humano creativo. Por eso muy raramente se ven creaciones maravillosas. Por que por lo general estas solo ocurren después de trabajar mucho en algo. Y no surgen de la espontaneidad por mucho que nos queramos engañar. Si no hay horas de trabajo detrás, se ve.
Todo esto viene porque ahora que no tengo que preocuparme por no dejar para el último día lo que sea que tuviera que hacer....siento un vacío dentro. ¿Qué es eso de no arrastrar tareas?
No sé, ahora estoy en un momento de equilibrio, o me caigo hacia el lado de tirarme a la bartola (síiiiiiiiiiii) o me creo a mí misma nuevas tareas absolutamente innecesarias pero reconfortantes.
En realidad debería conseguir un trabajo para pagarme mi semana de vacaciones en el extranjero, sobretodo cuando ya he comprado los billetes... Que dinero tengo, pero me vendría bien trabajar si no quiero dejar a mi futuro sin ahorros.
Ya veremos.
Ahora me voy a ver otra película y mañana Clive Owen dirá.
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2 comentarios:
jeje yo también me decía eso sobre las vísperas y la creatividad.. pero la presión ayuda eh! :-)
lo malo de sentirse en el borde del abismo, en un falso equilibrio es que siempre hay alguien dispuesto a empujarte...
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